martes, 27 de mayo de 2014

Encuentro Nacional de Jóvenes y Universitarios Pensando con Espíritu


El Encuentro realizado en UNIMINUTO sede Bello el 16 y 17 de mayo dejó en los participantes aprendizajes teóricos y praxeológicos que favorecen el fortalecimiento del proceso de formación en todas las dimensiones del ser, especialmente en la espiritual.

Bello, Antioquia. Mayo de 2014. De la Sede Principal participó un grupo de 95 estudiantes de diversos programas vinculados a la Pastoral Universitaria Minuto de Dios representando a Bogotá, liderados por los tres capellanes de sede y la Dra. Libia Franco, directora de Asuntos Estudiantiles.

De esta forma, las conferencias, debates y puestas en común con sacerdotes, laicos y académicos expertos en psicología, teología, comunicación, entre otros temas, brindaron respuestas a cuestionamientos existenciales y dejaron muchas preguntas abiertas para seguir analizando el comportamiento humano, y así invitar a los asistentes a reconocerse como seres en constante construcción simbólica y replanteamiento de sí mismos.

El Padre Héctor Lugo, Director del Departamento de Educación, Cultura y Universidades de la Conferencia Episcopal de Colombia, estuvo presente con uno de los temas que más hincapié hizo en los jóvenes presentes: espiritualidad y cultura.

Uno de los cuestionamientos con los que la ponencia inició fue ¿Qué es espiritualidad? A lo cual se pueden brindar diversas respuestas. El padre Lugo enfatizó en que se trata de un camino de transformación interior y de formación; la manera en que se abraza la vida y de relacionarse con los demás.

No obstante, se tiende a confundir religión con espiritualidad. Para detallar la diferencia entre estos dos conceptos, el ponente definió religión como la creencia, la trascendencia presente en el acoger las doctrinas, los ritos, en la divinidad del ser humano al ser creado a imagen y semejanza de Cristo. Espiritualidad como características del espíritu concretadas en convicciones, valores y comportamientos del día a día.

De esta forma, la espiritualidad debe verse en relación con las cualidades interiores del ser; la relación con el amor, la capacidad que se desarrolla para perdonar, para incluir al prójimo, de comunicarse y de dialogar en un ambiente de equidad, entendiendo comunicación no como un asunto tecnológico sino de experiencia humana.

Así, si la noción que se tiene de espiritualidad no transforma el ser, se está hablando de otra cosa. No se trata de ligar este proceso interior a la concepción popular de conversión, puesto que se asume que esta última es algo circunstancial y extraordinario, más no como aquello que se construye diariamente de forma consciente con compromiso, perseverancia y fe.

"¿Qué se ganarían ustedes si rezan y no cambian? Preguntó el P. Lugo. Orar o rezar no siempre es sinónimo de tener una vida espiritual, es un complemento a un camino de transformación en el quelo importante no es la perfección sino el esfuerzo por ser mejor persona.

Entonces cabe preguntarse ¿Qué me hace mejor? , ante lo cual la respuesta es lo que te haga más compasivo, fraterno, sensible, responsable, amoroso, incluyente, comunicativo, dialogante y cercano; lo que te haga abrazar lo doloroso de la vida; lo que te haga más servicial, crecer en el perdón, en la capacidad de incluir a todos para que nadie quede fuera.

Estamos llamados a darle trascendencia a lo interior, a no dejarnos distraer por lo aparente y efímero del momento, recordando que "lo que tengo adentro, lo que he venido cultivando en mi corazón nadie me lo quita". Se trata de nuestro tesoro, aquello que nos brinda fortaleza en momentos de tribulación.

Nos hemos preguntado ¿Por qué los Evangelios nos muestran a un Jesucristo en movimiento? Es un mensaje implícito donde la espiritualidad se vive en constante movimiento, de puertas abiertas a la realidad, al acontecer, Jesucristo con esa actitud no nos propone creer, nos propone tener una experiencia de Dios en nuestro caminar. De hecho se puede ser espiritual desde la cultura de la fiesta, desde la alegría, desde el compartir con el otro.

No se trata solo de comportarse bien, ese es un asunto de ética y moral. La espiritualidad hace parte de las búsquedas humanas y parte de la formación de la inteligencia del corazón, para tener el coraje de formarse en una verdadera relación con los demás cuando puedo decir con franqueza: "Cuentas conmigo, estoy dispuesto a sacar tiempo para escucharte", etc.

Ser espiritual nos permite re-pensarnos constantemente y nos brinda la capacidad de cambiar aspectos aparentemente superficiales pero que hacen grandes diferencias en las relaciones que sostenemos como el mal humor, ¿Por qué dejarnos arrebatar la alegría?

"Busquemos para encontrar y cuando encontremos, sigamos buscando…".


Andrea Tíjaro

Coodinadora de comunicaciones
Dirección de comunicaciones



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