jueves, 9 de octubre de 2014

“Un hito en el proceso de la causa de beatificación y canonización del fundador del Minuto de Dios” P. Bernardo Vergara, cjm

Declaraciones del Padre Bernardo Vergara, cjm Superior Provincial de la provincia Eudista Minuto de Dios en la sesión de apertura de interrogatorio a testigos en la causa de beatificación y canonización del siervo de Dios Rafael García Herreros Unda.

Excelentísimo Monseñor Héctor Gutiérrez Pabón, obispo de Engativá;
Padre Andrés Benjamín Coral Mayoral, canciller de la curia diocesana;
Honorables miembros del tribunal de la causa,
Honorables miembros de la comisión histórica,
Señores sensores teólogos;
Padre Iván Díaz, vice postulador de la causa,
Padre Diego Jaramillo, presidente de la Organización El Minuto de Dios;
Hermanos de la Congregación de Jesús y María;
Familiares y testigos de la vida y obra del siervo de Dios Rafael García Herreros;
Amigos y colaboradores del Minuto de Dios:

Los saludo cordialmente y agradezco su participación en esta ceremonia que marca un hito en el proceso de la causa de beatificación y canonización del fundador del Minuto de Dios.

La huella que dejo entre nosotros el querido padre Rafael generó la necesidad de mostrar y enseñar a las futuras generaciones que el testimonio verbal y escrito de su ser ha nutrido durante décadas el compromiso social-cristiano de quienes hemos tenido la oportunidad de conocerlo y de descubrir, a través de su vida y de su obra, que es posible impregnarnos de amor a Nuestro Señor Jesucristo, a su Iglesia, a la santísima Virgen María y a todo lo que del Espíritu de Dios podemos recibir.

La capacidad de reconocer a Dios como un ser real, y de concretar lo que el comprendía como Voluntad de Dios, hizo posible que los días del siervo de Dios transcurrieran realizando la tarea de mostrar, a quienes compartían su vida y a quienes lo escuchaban, el rostro cercano y misericordioso del Señor.

Esta sesión de apertura del proceso de beatificación y canonización del siervo de Dios Rafael García Herreros Unda compromete nuestra vida cristiana, mediante el anuncio profético de la Palabra, el ejercicio misericordioso de la misión y el servicio al sacerdocio de Jesucristo.

Quienes damos fe de que su vida y obra fueron guiadas por el Espíritu de Dios, sentimos la necesidad de entregar al mundo el mensaje de un hombre que, con su constante visión de futuro, mantuvo en vilo a millones de personas, en quienes sembró la esperanza del hombre nuevo, la paz para nuestro país, del hombre capaz de soñar en la construcción de un mundo guiado por el sentimiento de Dios.

Tenemos también el deber de proponer a las nuevas generaciones la vida de un sacerdote íntegro,
apasionado por Jesucristo, capaz de las más profundas experiencias místicas y de los más humildes actos de servicio a la persona humana. Sentimos la necesidad de presentar a la sociedad a un cristiano cuyo testimonio de vida y cuya palabra supieron despertar la solidaridad y la fraternidad, para generar el cambio social sin derramar una gota de sangre, como él mismo lo expresaba.

Vemos también la urgencia de ofrecer a los creyentes el ejemplo de un hombre en permanente crecimiento y renovación de su fe y la de sus contemporáneos, que, en la escuela de san Juan Eudes y como él " arrebatado por el amor a Jesús, llevo en su corazón las angustias y las necesidades de sus hermanos y hermanas y abrió con audacia nuevos caminos para hacer crecer el Reino de Dios".

Corresponde, por tanto, pedir la intercesión de los santos para hacernos santos con ellos, cumpliendo con la tarea de configurarnos con Cristo y mostrar, con nuestro testimonio de vida, el camino verdadero, basado en la respuesta que exige cada necesidad histórica.

Damos gracias al Señor, que nos permite presentar a Colombia y al mundo la vida y la obra del siervo de Dios Rafael García Herreros Unda como ejemplo y demostración de que si es posible hoy seguir a Jesucristo, poniendo por obra, radicalmente, la Palabra de Dios y la doctrina social de la Iglesia.

Ser el hombre, la mujer del momento, es hacer presencia del García Herreros que llevamos dentro y que el mundo necesita. Dios los bendiga.


Bogotá, viernes 3 de octubre de 2014.


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