lunes, 27 de marzo de 2017

Cuarta semana de Cuaresma: LAS HUMILLACIONES DE JESÚS


En la cuarta semana de Cuaresma, marcada por el Domingo llamado "Laetare", los invitamos a centrar la atención en las humillaciones de Jesús. San Juan Eudes está convencido que, durante los treinta y cuatro años de la vida de Jesús, su existencia estuvo caracterizada por los grandes misterios y grandezas que hizo, pero también por las tormentos y sufrimientos que padeció. Entremos, pues, durante esta semana, a meditar sobre esta realidad del Hijo de Dios: "Las humillaciones de Jesús."

Cuarta semana de Cuaresma: Las humillaciones de Jesús.

Para recordar:

Honremos la vida penitente de Jesús y sus humillaciones interiores y exteriores.

(San Juan Eudes, Vida y Reino, III parte, Devoción a los misterios del Señor, Cómo honrar los misterios de Jesús en el transcurso del año)

Para profundizar:

Los soldados del gobernador llevaron a Jesús al pretorio y reunieron en torno a él a toda la tropa. Lo desnudaron y le echaron por encima un manto de color rojo; trenzaron una corona de espinas y se la pusieron en la cabeza y una caña en su mano derecha; luego se arrodillaban ante él y se burlaban diciendo: “¡Salve, rey de los judíos!” Le escupían, le quitaban la caña y lo golpeaban con ella en la cabeza. Después de burlarse de él, le quitaron el manto, lo vistieron con sus ropas, y lo llevaron para crucificarlo.

(Mt 27, 27-31)

Para ver:

Tips de amor: Humillaciones interiores y exteriores de la vida de Jesús. Unidad de Espiritualidad Eudista:


Para meditar:

Tú has sufrido, amabilísimo Jesús, los tormentos de la cruz y de la muerte con tal amor a tu Padre y a nosotros que tu Espíritu Santo, hablando en las Escrituras del día de tu pasión y de tu muerte, lo llama el día de la alegría de tu Corazón (Ct 3, 11), para mostrar que habías puesto tu gozo en sufrir, y que, a imitación tuya, yo también, Salvador mío, coloque mi alegría en las penas, desprecios y sufrimientos como en aquello con que puedo darte más gloria y amor. Infunde estas disposiciones en mi alma y graba en mi corazón un odio profundo a los placeres de la tierra y un afecto particular a los trabajos y sufrimientos.

(San Juan Eudes, Vida y Reino, V parte, Para el viernes, No. 2).

Para actuar:

Durante esta semana vas a procurar que en las humillaciones y demás penas que te sobrevengan, tengas la valentía de ofrecerlas al Señor por el perdón de todos tus pecados.



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